En un principio parece la dieta perfecta: un sencillo conteo de calorÃas, que se está haciendo viral a partir de este hilo en Reddit y que promete resultados a corto plazo. Recuerda a la vieja escuela de la pérdida de peso, cuando el médico entregaba una hoja impersonal sacada de un cajón que consistÃa básicamente en cerrar la boca o comer menos.
La nueva dieta de moda se llama "CICO" (CalorÃas In, CalorÃas Out), es una de tantas formas de adelgazar, y consiste en comer diariamente menos calorÃas (dentro) que las calorÃas que quemamos (fuera). Esto incluye la energÃa que el cuerpo gasta no solo si hacemos ejercicio, sino también la tasa metabólica basal, que es la cantidad mÃnima de calorÃas que quemamos en reposo y la termogénesis alimentaria: lo que consume el cuerpo para digerir proteÃnas, carbohidratos y grasas.
Exucir esos kilos de más, la milagrosa dieta CICO supuestamente nos darÃa las claves para reducir a números nuestros desayunos, comidas y cenas.
¿Cuál es el problema?
Que la dieta CICO no distingue alimentos o ingredientes saludables; de hecho, podrÃamos darnos un atracón de comida chatarra si contamos esas calorÃas ingeridas y las quemamos. Este régimen ni siquiera prioriza unos nutrientes sobre otros, ni tampoco tiene en cuenta la condición fÃsica, el ritmo de vida o las dolencias previas de quien lo sigue. Por tanto, presenta graves riesgos para la salud, según los nutricionistas y dietistas:
"Si en la dieta CICO incluimos alimentos ultraprocesados, sin importar la calidad nutricional, podrÃamos ingerir pocas calorÃas con un exceso de azúcar, grasas de baja calidad, sal y aditivos", explica la nutricionista MarÃa Neira, autora del blog Nutriendo mi cambio, "perderÃamos kilos a simple vista y en la báscula, pero también estarÃamos aumentando colesterol, triglicéridos y tensión arterial, y a medio plazo nos arriesgamos a enfermedades cardiovasculares".
Por otra parte, "las dietas muy bajas en calorÃas —aunque incluyan alimentos de calidad— si se mantienen en el tiempo pueden provocar anemia, dermatitis y problemas gastrointestinalesdebido a la pérdida de vitaminas y minerales. Por eso, una dieta CICO es un parche y no beneficiarÃa en ningún caso", reitera la experta.
Un plátano y cinco galletas tienen exactamente las mismas 150 kilocalorÃas, solo que en el caso de la fruta ingerimos nutrientes de calidad que nos dejarán saciados y las galletas engañarán al hambre media hora sin aportar nada bueno.
A esto se añade que los alimentos ultraprocesados —permitidos con la dieta CICO— pueden ser muy palatables, adictivos (no vas a comer una sola patata frita y lo sabes) y no saciantes, por lo que en pocas horas volveremos a sentirnos hambrientos. Un plátano y cinco galletas tienen exactamente las mismas 150 kilocalorÃas, solo que en el caso de la fruta ingerimos nutrientes de calidad que nos dejarán saciados y las galletas engañarán al hambre media hora sin aportar nada bueno más allá de su sabor.
Riesgos y más riesgos
Uno de los nutricionistas más activos contra los ultraprocesados y el lobby de los productos "milagrosos" como zumos detox y barritas energéticas es Carlos RÃos, creador de la web "pro-comida sana" Realfooding. En su opinión, a los riesgos para la salud de la dieta CICO habrÃa que añadir el indeseable efecto "yo-yo" a corto plazo.
"Perder peso a largo plazo se considera bajar al menos un 10% del peso corporal inicial y no recuperarlo en al menos un año, y este mérito es difÃcil de conseguir para casi todas las dietas que simplemente se centran en reducir calorÃas", Carlos RÃos, nutricionista
"Solo hay un beneficio mayor que supera la pérdida de grasa, y es: no volver a recuperarla. Para la bibliografÃa cientÃfica, perder peso a largo plazo se considera bajar al menos un 10% del peso corporal inicial y no recuperarlo en al menos un año, y este mérito es difÃcil de conseguir para casi todas las dietas que simplemente se centran en reducir calorÃas", señala el nutricionista.
Además, añade, cuando el organismo detecta que le estamos sometiendo a los Juegos del Hambre entra en modo ahorro y dejamos de perder peso aunque estemos alimentándonos a base de lechugas: "Podemos destacar tres adaptaciones que pone nuestro cuerpo para protegerse de esa reducción de calorÃas y lograr asà que se recupere el peso perdido (el efecto rebote). La primera es el aumento del hambre, que a corto plazo se puede aguantar, pero no a largo plazo. La segunda es la disminución del metabolismo con una reducción de nuestro gasto termogénico en reposo, y la tercera es la pérdida de masa muscular, que afecta también a la pérdida de termogénesis. Cuanto más grande sea el déficit calórico, más fuerte serán estas adaptaciones y más difÃcil será evitar el efecto rebote".